Recuerdo encontrarte en silencio,
Inmóvil detrás de mi esperanza;
Pude ver en tus pupilas la tormenta,
Sentí la incertidumbre encrespar tus mares.
Mirabas fijo, con la discreción del niño,
Y un indicio buscabas en mi rostro:
¿Sería yo finalmente el loco amor
Que te volviese el amante enloquecido?
No demoraste encontrando respuesta;
Sabías, era demasiado tarde.
No alucina el corazón romance,
De no estar secretamente enamorado.